En el balcón ya con la lluvia que no dejaba ver mas allá, encendí un Benson, y vi la mas hermosa nube, enorme y esponjosa llena de furia, acercándose, relampagueando de cuando en cuando, gritando con todas sus fuerzas, aveces opacando a la señora Simone. Llené mis pulmones con ese sabor vago a menta y al expulsarlo el delgado hilillo de humo parecía convertirse en uno con la furiosa nube.
Power to the Lord!, no Nina esta vez no...