Y abrace mi osito de peluche como hace tiempo no lo hacia, tu perfume, tu beso, tu me miraste y yo cerré los ojos para estar contigo en esa realidad que solo existe unos segundos y desaparece al abrir los ojos de nuevo.
Regrese a las vías del tren, a los cuentos de José Emilio y tristemente supe que nunca seria igual, aunque el tren pasara de nuevo nada seria como antes, como cuando leíamos sin importar las miradas anónimas de los transeúntes, sin darle importancia alguna a los elogios de los pasantes.
Nada será igual... te escuche decir entre dientes
–Cierra los ojos una vez mas-.
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