miércoles, 29 de septiembre de 2010

La tarde noche madrugada..

 Un cigarrillo mas que va hacia mis pulmones mientras manejo por la carretera empapada, sin poder dejar de sentir  tus suaves y delicados labios de café contra los mios en un suave rozar, en un delicioso y sutil movimiento acompañado por la canción de las cero horas, de un regreso incierto pero tranquilizador, del caminar en la alameda, de tus brazos, del movimiento al unisono de tu pecho contra el mío, de mis grandes manos dibujando tus labios de  “M”.

Y  de un momento a otro, ahí frente a nosotros, la cortina de agua que pinto de gris todo a nuestro alrededor  y que parecía querer demoler las construcciones interminables de la metrópolis que rodeaba ese pequeño parque inundado de anagramas  y al mismo tiempo emanaban tus recuerdos de un miedo encadenador, inmovilizador que reprimía tus intenciones dentro de tu cascaron que se pinto tricolor cuando subiste los peldaños del kiosco mas cercano.

Te dije- Solo una pregunta , así que elige bien- , mientras el hombre de metal que leía su diario, se posaba frente a nosotros para explicarnos esa frase tan mencionada, hay mas tiempo que vida, para demostrarnos que de el solo fue una vida y en el tiempo solo le queda seguir siendo un recuerdo y una estatua oxidada, para gritarnos con su silencio que en la cama arrepentirse de nada sirve cuando ya el sol del siguiente día se mete por la ventana.

El cielo pasó de ser gris y obscuro  a ser claro de nuevo.Y  decido fumar otro cigarillo mas, mientras terminas tu postre después de una charla de desconocidos. Me cuentas un par de cosas, me insinuo de vez en cuando mientras te veo a la boca  -Pues claro con esa manera de morder tus labios como no hacerlo-  pienso y vuelo un instante a mi locura,a mis deseos mas tentadores y prohibidos.

Te sentaste en la cómoda sillita de la mesa después de un pequeño rodeo, en avenidas para mi desconocidas, pero que valió la pena, valió mucha la pena. Y es que de verdad mejor dime si miento, ¿no es cierto que todo cambia de un segundo a otro? Ahora estoy tan relajado de verte sentada aquí a mi lado, tranquila y con tu mirada soñadora. Que lindo día.

Y pensar que toda la tarde me pasaron por la cabeza millones de pensamientos, pero ninguno, ninguno de ellos se parece a lo que fue esta preciosa tarde/noche/madrugada contigo.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Caminaba por la acera de aquella oscura y vieja calzada, mi mente llena de pensamientos , de recuerdos y cosas que no quería dejar atrás. -Que frió- era ese mes de septiembre, no como cualquier septiembre, este era mas frió, el aire helado y yo, con mis labios partidos. Saqué de mi bolsillo derecho un pequeño tubo de plástico y al destaparlo y saborear su rojo bálsamo en mis labios se detuvo el tiempo, se detuvo todo... El aire de la noche trajo de nuevo tus labios a mis labios, tu cintura a mis manos y tus brazos de nuevo marcando las horas en mi espalda, como en aquel sueño de blanco resplandor.