lunes, 18 de octubre de 2010

No es que te extrañe, es que me gustaría tanto que estuvieras aquí, compartiendo la noche la cama y los labios entre nuestros brazos aferrados, amándote entre las sabanas, mirándote con la luna en tus pupilas que entra por la ventana.

La noche mágica y las horas que pasan lentas en mi espalda, con tus manos marcando cada minuto, con una mirada desnudándome, besándome en la cara.

Mírame a los ojos, déjame que te coma los labios, que tu lengua calle y tu respiración grite que me amas. Amárrame a tu cuerpo y que tus dedos recorran mi piel mojada.

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