jueves, 28 de octubre de 2010

Aguamarina

Crunch Crunch Crunch!!!, delicioso crujir del apio en mi boca, luego un sorbo de café y mi cigarrillo –Preciosa y helada mañana de octubre- Pienso, mientras tomo un pedazo de pan de muerto, de esos que salen casi dos semanas antes de la festividad. Mas apio no me caería nada mal y ahora devoro un trozo enorme de gelatina de yogurt, blanca y temblorosa, seductora e incitante –que delicia, ¡estoy lleno!!- digo a Julieta que esta sentada frente a mi y que fue la encargada de organizar el desayuno. –Que bueno que te gusto la gelatina, pero aun falta el cheesecake!- sentencia. ¿Y como podría yo negarme a una sonrisa tan amable como la de Julieta? y claro, a una generosa rebanada de pastel, con sus múltiples capas blancas y negras y su roja cubierta. Simplemente no podría.

Me envuelve la conversación con los compañeros, que si las mujeres esto que si los hombres el otro y que la historia de nunca acabar. Relato alguna experiencia con la mirada perdida recordando una tarde en la capital y con las manos sobre mi rebanada de pastel y mas allá Mariana que me mira con ojos de rareza desde la cabecera de la mesa.-Pues yo creo que a veces las mas serias son las peores- comenta Saulo, -Créeme que si Saulo, Créeme que si- responde Alejandra con su acento potosino. Y fue ahí, entre el créeme y el si de Alejandra, cuando apareciste detrás de la cortina de tabaco. Esos ojos como cansados, tan familiares, tan no se como. Me detengo un momento para asegurarme que de verdad estas aquí e intento llamar tu atención con mis ojos trasnochados. Pasan diez segundos y nada, otros diez, volteas con un aire de curiosidad y es ahí cuando tus labios articulan una frase que me dibuja una sonrisa y en automático me levanto de la sillita para decir –Hola, ¿como estas?-.

Me gustó su blusa gris y sus zapatitos marrones que hacen juego con su cabello claro y sus ojos aguamarina. Charlamos de cómo van las cosas, de los viejos amores, de los deseos, miras hacia la derecha y el sol se filtra por el iris que ahora es mas verde y que no puedo dejar de ver, volteas de nuevo y noto esa resaca en tus palabras, llenas de recuerdos que aun hacen eco en tu cabeza y lastiman. Creo que también conozco esos ecos nocturnos que a veces no dejan descansar.

Así seguimos por largo rato, hasta que llega el momento de la retirada. Me despido y me voy caminando por las avenidas con las ganas de verte de nuevo, tomo el autobús desbordando alegría, sonriendo como niño. Pensando en ti, contando mi dinero para poder invitarte un café y en estos momentos bajando la cortina para que el sol de media noche ya no entre por la ventana y me deje descansar, recordando esta preciosa y helada mañana de octubre en la que apareciste detrás de la cortina de tabaco.

lunes, 18 de octubre de 2010

El Concierto

Desperté con la canción de mi despertador estremeciéndome entre las sabanas cansadas de mi cuerpo y dispuestas a expulsarme, claro, sin conseguirlo.

-Buenos días, haber si ya te paras-… te escuche decir con una voz irritante. – ¿que no es muy tarde ya?-. – no me molestes- pensé. Me pare de golpe para ir al retrete, y un fuerte mareo atosigo mi cabeza.

Me mire en el espejo que queda de frente a la puerta de madera desgastada y mal barnizada y ahí te escuche quejarte de nuevo, -¡no puedo hacer nada, si no se levantan no puedo barrer ni trapear!... -por favor son las diez y es domingo- te dije bastante molesto, a quien carajos se le ocurre despertarme en domingo a las diez de la mañana. Solo a ti, solo a ti…

Regrese a la cama sin darle mucha importancia a tus comentarios, un poco irritado, prendí la computadora mientras tu bajabas las escaleras molesta por el caso omiso a tus ordenes.

Mientras tanto, la computadora se iniciaba, baje por la guitarra y tú, desde la cocina mirándome, callada, con las luces apagadas y aunque los rayos del sol siempre entran por la cocina, como era domingo aun no cabían en la casa. Creo que te enojabas mas con cada escalón que subía de regreso a mi habitación, me sentía demasiado solo como para darle importancia a tus berrinches matutinos.

Desenfunde la guitarra, asegure el capo y tome mi púa, me puse mis audífonos e inicié la pista…         lo intente por tercera vez….          …Pensaba cada acorde escuche cada pisada y calculaba cada movimiento de mis dedos para no perder el ritmo de la canción, pero antes de terminar el estribillo ahí otra vez tu, -¡Ya bájense! ¡A desayunar! ¡Hugo!-.

Alambre… carne, pimiento, grasa, tocino, grasa, tortilla, grasa, ¡bien!, algo bueno para iniciar mi día. Comí cinco tacos y me subí al cuarto, la cabeza me daba vueltas, así que me recosté en la cama, entre la guitarra la funda, las sabanas cansadas y almohadas -si, así! Tócame-. Estúpido alcohol, no solo calientas mujeres, sino que también desvives hombres, -solo quiero pasar bien el rato, quiero que me tomes-. Estúpida cruda, pero era peor la moral, carajo
No es que te extrañe, es que me gustaría tanto que estuvieras aquí, compartiendo la noche la cama y los labios entre nuestros brazos aferrados, amándote entre las sabanas, mirándote con la luna en tus pupilas que entra por la ventana.

La noche mágica y las horas que pasan lentas en mi espalda, con tus manos marcando cada minuto, con una mirada desnudándome, besándome en la cara.

Mírame a los ojos, déjame que te coma los labios, que tu lengua calle y tu respiración grite que me amas. Amárrame a tu cuerpo y que tus dedos recorran mi piel mojada.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Hoy desperté a las nueve de la mañana en punto, desde que puse mis pies en la tierra pensé en que seria un día nuevo, me desperté con ganas de vivir. Eche una mirada al cielo, me persigne y pedí por ti y por mi.

Existen cielos que yo jamás veré… así decía Vegas cuando me lavaba la cara, y me veía en el espejo, con rostro desilusionado y medio cansado, no empezó bien el día aunque me había parado contento.  Esa felicidad se fue evaporando.

Como de costumbre tendí mi cama y arrumbe la ropa limpia en el closet, me calce mis tenis de guerra y baje a la cocina para desayunar, la música no hizo falta, Fernando, Nacho, Ferreiro… … el queso se estaba fundiendo en el preciso momento en que se deslizo la primer lágrima. Las frases de la canción y nuestra foto de protector ayudaron a que cayera hasta el azulejo.

Ya de regreso en el cuarto me encontré murmurando una canción, la casa estaba sola, todos salieron temprano, menos yo. Mientras cantaba recordaba todo lo que vivimos día con día, no pude evitar decir en voz alta.. “te voy a extrañar mucho” mientras mis ojos se llenaban de agua y miraba los rayos de sol que se filtran por el techo.

No me des flores cuando aquí hay lirios y rosas… seguía la melodía al compás y cantando me sentí mucho mejor, después de la ducha comencé a acomodar todo el papeleo y mis cosas para el entrenamiento.

Salí de casa a las 10 47, camine hasta la parada de autobuses y no tardo mucho en llegar el trolebús, baje al llegar en Aquiles Serdán, me sentía completo y hasta guapo, use el ultimo viaje de mi tarjeta, baje las escaleras hasta los andenes y aborde el tercer vagón. Me senté en el suelo a leer los compendios de ingles de la prepa y no me di cuenta que llegue en menos de treinta minutos a Mixcoac, por suerte baje antes de que las puertas se cerraran.

Ya estando en la base de los camiones, pregunte a dos chóferes que se encontraban esperando su turno de salida, si conocían la calle de moras, me mandaron hacia el RTP, incrédulo le pregunte al chofer si me dejaba cerca, el me contesto con cierta amabilidad y al cabo de dos minutos aprox. Salimos y en cinco ya estaba en moras… no sabia en donde carajos estaban las oficinas. Pregunte a mas de tres peatones y ninguno supo responder.

Me metí media cuadra a la derecha siguiendo mi intuición y llegue a una escuela, en la cual pregunte a una simpática secretaria si sabia la ubicación, afortunadamente me ayudo, el siguiente problema fue al llegar a las oficinas y enseñar la documentación, me faltaba el recibo de pago por la reposición de la credencia! Carajo!

-Bueno, aquí tienes tu recibo- el cajero me dio el indispensable papel y regrese a las oficinas. – aquí esta – le dije al señor que me atendió en la ventanillo ocho. El no dijo nada, se retiro un momento y regreso con el papel de credencial en las manos, pegando una de mis fotos a blanco y negro, puso el papel protector, me pidió la firma y la enmicó.

Al regresar a la calle aun me quedaba una hora para llegar a barranca del muerto. Camine dos cuadras de regreso y dos mas hacia periférico, ahí encontré la pecera que me dejaba en barranca. Al llegar en menos de 15 minutos llame a Uriel por teléfono con mis últimos pesos y me dijo – te veo en el seven eleven en media hora -. Uriel llego 15 minutos después de lo acordado, el día era soleado y llegamos a las canchas con 40 minutos de sobra.

El entrenamiento empezó fuerte y la intensidad fue bajando hasta llegar a la ultima hora de lo planeado, - foot Ball y con esta cerramos – sentencio Carbajal. Primer jugada, caí con todo mi peso en la rodilla derecha y casi caigo al césped, pude flexionar i seguir jugando pero pocos minutos después al dar un pase y acertarlo, el calor regreso y la inmovilidad me dejo fuera de combate… - salte Hugo – escuche a Carbajal. Dos de mis compañeros llegaron a ayudar, de verdad era insoportable, no podía apoyar, no podía hacer nada. El medico llego diez minutos después, me diagnostico una distensión del ligamento colateral medial y me dijo que a pesar de mi sufrimiento no era nada muy grave, - estas resentido necesitas descansar y fortalecer el ligamento, estas listo en mes y medio - ¡ MES Y MEDIO?! No puedo esperar ni dos días cabron…

Me vestí y subí al auto como pude, papa me llamo – no puedo creerlo, hablas como si te importara una mierda, es que yo creo que ya se termino todo, ya Hugo no puede ser – no respondí. Me trague todo… tenia ganas de mentarle la madre de mandarlo a la chingada, pero no… todo me lo tragué.

Después de arreglar una llanta y tomar a duras penas un taxi en metro rosario, llegué a casa, un vecino me ayudó a bajar del carro y subí como pude, enseguida me puse el hielo, prendí mi laptop y tome mis desinflamatorios.

Tengo la rodilla destrozada, a pesar de sentirme vivo caminando entre las calles de MixcoacPATEALO!!!!


Hugo…. Es difícil escribir sobre uno mismo.
Ególatra de nacimiento, fisicamente… alto, ojos oscuros, cabello castaño con canas, manos grandes y brazos largos nariz recta y labios grandes, delgado.

A Hugo le gusta, dormir, leer, escuchar música, platicar, conocer gente diferente, le gusta dar consejos, sabe cuando callar y cuando gritar, le gustan los días con nubes y si llueve por la noche es mejor.

Hugo es amable caballeroso y aunque no sepa de memoria las reglas de etiqueta, le gusta aparentar que si, le gusta el vino, cerveza, vodka, ron, tequila, la marihuana esporádica… le emputaba el tabaco.

A Hugo le gusta caminar solo por las noches o en las tardes grises, le gusta escribir y que le escriban, así como escuchar historias y fascinarse de viejas situaciones. Le gusta ayudar a los ciegos, no soporta mucho tiempo a los niños, pero un movimiento, una mirada basta, para que se sienta agradecido. El fútbol lo apasiona o lo encabrona y aunque esta lesionado, sigue repasando cada jugada.

Hugo… Hugo es portero, escritor, músico, fotógrafo, amante del café, romántico, irónico, tipo, artista, demente, sabe patinar, le gusta cocinar, una vez invento una bebida con hersheys y vodka, le gustaría viajar a Italia y regresar a Canadá. Es friolento, gusta de vestir de blanco y pantalones rectos, le gustan los sacos pero sus hombros no los quieren.

Ese es Hugo a groso modo.. 

sábado, 2 de octubre de 2010

Dame una mañana mas, infeliz rayo de sol. Comienzo en la bañera, con el vapor del vitalicio liquido recorriendo mi cuerpo en gotas que terminan en ríos desembocando en el sexo. Empapando mis cabellos, cierro mis ojos e imagino una cascada cálida al comienzo de un acantilado y viento sollozando entre mis hombros bajando por mis senos; ha gritado te amo. Abro los ojos de nuevo y regreso a la bañera, el cielo se cae a pedazos con la humedad que se ha filtrado, el jabón de cuarta que trata mi piel mejor que mis amantes.


Veo mi reflejo empapado, iluminado por el sol de mañana que entra por la ventana de la habitación, dejo caer la toalla y tomo el rubor, lo deslizo en mi rostro sin llegar a sentir satisfacción. El carmín recorre mi boca insensible y la sombra borra mi expresión, borra la mirada cansada de la que ahora soy. Tomo el peine y el  fijador, regreso al espejo, siento una pertenencia nula y alcanzo el vestido de noche, de diario, de hace unos años hasta hoy, limpio mis zapatillas y regreso al tocador, tomo la botella de perfume barato que me regaló el ultimo amante, quema como  alcohol.


Así salgo a la avenida y espero que llegue, pasan unos minutos y llega el único, solo uno por hoy. Subo al auto como toda una dama y en la cama me destrozo el corazón, toma  mis cabellos, me somete a una satisfacción inexistente, intenta amarme, intenta… 


Regreso a la avenida unas horas después, subo al apartamento, de regreso a la habitación, desvanezco el disfraz y miro a la mujer, desnuda en soledad, sintiendo incertidumbre al no ser tocada, sintiéndose desperdicio de carne y huesos, sintiendo el frío en la cama, -es raro- piensa y así llega al final de un día mas de labor.